En este lugar encantador se encuentran paisajes extraordinarios donde viven diferentes pueblos indígenas, afrodescendientes y locales. Visita las Dunas de Taroa, donde podrás practicar sandboarding o simplemente caminar en medio de la inmensidad del desierto hasta llegar a la playa; conoce una ranchería y déjate encantar por la cultura ancestral predominante de la zona con los indígenas Wayuu.

Aquí empieza el avistamiento de las 1952 especies de aves que sobrevuelan el territorio colombiano. En este santuario, formado por cuatro lagunas, podrás ver a los flamencos y al Cardenal Guajiro, aves emblemáticas de la zona. Entre su vegetación seca de manglar y lagunas, también encontrarás aves acuáticas, crustáceos, moluscos y peces.

En este pueblo costero en las estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta, el Mar Caribe recibe a los ríos Palomino, San Salvador y Don Diego. Puedes escoger entre descansar en la orilla, surfear sus olas, o navegar en el río hasta su desembocadura sobre un neumático de goma, actividad conocida como tubbing. ¡Prepárate para ver desde aquí los picos de la Sierra Nevada de Santa Marta en los días despejados y conocer la cultura campesina e indígena de los 4 pueblos de la Sierra!

A los pies de la Sierra Nevada está Teyuna - Ciudad Perdida, uno de los muchos asentamientos de la cultura Tayrona, quienes fueron los primeros pobladores de la región. Luego de una caminata de más de 3 días recorriendo trayectos ancestrales, llegarás a este lugar sagrado que solía ser el centro político, económico, religioso y espiritual de las comunidades.

Esta playa es una de las protagonistas en el Parque Nacional Natural Tayrona, área protegida ubicada entre el Mar Caribe y la Sierra Nevada de Santa Marta. Para llegar aquí, considera el apoyo de guías locales porque tendrás que hacer una caminata en medio del bosque seco tropical de aproximadamente dos horas. ¡Abre bien los ojos para que no te pierdas de observar al mono aullador, el mono maicero, el mono titi, venados, murciélagos, jaguar, el águila blanca, y más un montón de animales que hacen parte de la biodiversidad de este destino único. En Cabo San Juan podrás acampar o alquilar una hamaca para dormir arrullado por la brisa del mar.

Al llegar a Minca, un corregimiento a pocos kilómetros de Santa Marta, sentirás que estás en otro lugar gracias al cambio de clima y vegetación, a pesar de estar tan cerca a la ciudad. Ubicada en la falda de la Sierra, aquí te podrás bañar en cascadas de agua helada, visitar fincas de café y cacao, y al terminar el día ir a uno de sus miradores a ver los típicos atardeceres rosados de esta zona del país.

La reserva natural El Dorado está a hora y media de Minca, un poco más arriba de la montaña. Es el refugio de más de 18 especies de aves y anfibios en peligro de extinción, entre ellas el periquito, el atrapamoscas y el colibrí ala de sable de Santa Marta. Después de realizar avistamiento de aves, puedes conocer más de la fauna silvestre y disfrutar de la vista imponente de la Sierra frente al mar. Ahí también te encontrarás con la cultura Kogui, otro pueblo indígena de la zona.

Bajando de la reserva llegarás a Santa Marta, la capital del departamento del Magdalena. Las playas de la región pueden ser visitadas caminando o en lancha, y son perfectas para descansar y darse un baño de mar. En la ciudad, fundada en 1525, encontrarás lugares históricos para visitar, como la Catedral de Santa Marta, el Museo del Oro y la Quinta de San Pedro Alejandrino, donde murió el libertador Simón Bolívar. También podrás observar diferentes árboles de más de 70 años de edad.

Para entender el universo mágico de Gabriel García Márquez hay que conocer Ciénaga, la Zona Bananera y su natal Aracataca. Estos tres municipios, su cultura caribe, las historias de su gente y los paisajes naturales y arquitectónicos, inspiraron al nobel para crear su obra más importante: Cien años de soledad. Desde Santa Marta podrás tomar un tour que te llevará a conocer estos municipios y todos los puntos relevantes para ‘Gabo’.

Aquí se unen las aguas dulces del río Magdalena y saladas del Mar Caribe. En la Ciénaga Grande de Santa Marta se han asentado comunidades de pescadores que llevan la vida sobre el agua: los pueblos palafitos de Nueva Venecia, Buenavista y Bocas de Aracataca. En esta zona también encontrarás el parque Isla de Salamanca, casa del colibrí manglero, el águila pescadora, el martín pescador, garzas, y más. Podrás conocer su cultura e historia de resistencia navegando en lancha por la ciénaga.

Déjate contagiar de la vibra relajada de este puerto costeño. Las playas de este pequeño municipio, a minutos de Barranquilla, se caracterizan por tener la profundidad y el oleaje indicado para practicar deportes acuáticos como surf, windsurf, paddle y kitesurf. ¡No importa si no lo has hecho antes! Aquí encontrarás un local que te enseñe a disfrutar del mar sin problema. Cuando salgas de la playa, visita la edificación colonial el Castillo de San Antonio de Salgar.

Seguro has escuchado hablar de ella, la histórica e inigualable Cartagena. Recorre sus murallas y encuéntrate con la Ciudad Amurallada, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. ¿Quieres un dulce típico o frutas frescas? Busca a las conocidas palenqueras de falda colorida que llevan con gracia cestas sobre su cabeza que guardan tesoros deliciosos. Conoce el papel de Cartagena en la independencia y del país, recorre los lugares que visitó el escritor García Márquez, y termina el día al ritmo de la champeta, el baile tradicional cartagenero.

En la Mojana, región que va desde el departamento de Bolívar hasta el norte de Antioquia, se desarrolló la cultura anfibia. En ella la población aprendió a vivir en medio de los poderosos ríos Magdalena, Cauca y San Jorge. En esta mezcla de tierra y agua navegada por piraguas y sombreros vueltiaos surgieron muchos de los instrumentos propios de la cumbia como la caña de millo, el tambor y las gaitas.

Este es el pulmón del departamento de Sucre. Es una laguna costera, casa de cuatro variedades de mangle. Durante tu visita, conocerás cómo los mismos lugareños se han preocupado por conservar los caimanes, víctimas de la caza ilegal, han implementado la pesca responsable, y el corte de madera para venta ha sido reemplazado por actividades turísticas como el avistamiento de aves. No dejes de probar las ostras frescas en la casa flotante justo en el centro de la Ciénaga.

¡Llegaste al final de tu viaje! En esta Isla, que solía ser un fuerte y por eso su nombre, encontrarás el ‘árbol que camina’, un caucho con ramas tan grandes que da la ilusión de que diera pasos. Aquí también es posible observar la mayor variedad de corales vírgenes del Caribe, y bucear para ver tiburones, barracudas, y colonias de coral cuerno.

Ángela y Luisa crearon “Mujeres migrando a Colombia” un tour de avistamiento de aves para mujeres. Este recorrido empieza en Cartagena y termina en La Guajira, y quienes lo toman tienen la oportunidad no solo de ver algunas de las 2000 especies de aves que existen en el país, si no también visitar proyectos de mujeres víctimas del conflicto armado, o en situación de vulnerabilidad por razones económicas o sociales. De esta forma, quien visita esta zona, logra conocer la resiliencia de las mujeres colombianas y apoyar su trabajo artesanal. Conoce más sobre esta iniciativa aquí.

Su amor por la mágica Santa Marta lo ha llevado a ser líder de su comunidad. Jorge se preocupa por que quienes llegan a la ciudad y se hospedan en una vivienda turística tengan la mejor experiencia. Ha trabajado junto a la comunidad en limpiezas de playas, mejoramiento de vías y en el desarrollo de políticas públicas locales para impulsar la economía de este destino.

Conoce la diversidad musical de Colombia junto a Impulse Travel en un recorrido por lugares poco conocidos del Caribe colombiano. Déjate encantar por un viaje hacia el interior de la Costa, pasando por enyucados y sancochos, aprende cómo hacer y tocar una gaita y baila todos los ritmos tradicionales hasta llegar a la mágica isla sobre el Río Magdalena: Santa Cruz de Mompox. Sounds of Colombia es una propuesta inmersiva para conocer los saberes, y sobre todo la genialidad, de quienes mantienen el alma musical de esta región.