Un brunch decadente lleno de sol, risas y el tintineo de los vasos de mimosa. Los huéspedes se reúnen alrededor de una hermosa variedad de comidas divertidas y deliciosas para compartir, saboreando cada bocado y cada momento. El ambiente es relajado pero elegante, con buena música, conversaciones amenas y ese equilibrio perfecto entre placer y alegría que hace que una mañana de fin de semana se sienta un poco más especial.

Una fabulosa cena de pollo frito elevada con un enfoque de "GRANJA A MESA": pollo tradicional de mantequilla, frito delicadamente a un crujiente dorado, servido junto a una deliciosa ensalada de sandía y remolacha, hermosas ostras frescas de granja conforman uno de los platos, y las galletas de cebollino cheddar y el pan de maíz de arce de flores silvestres. Terminá con una crème brûlée de lavanda, masa quebrada de nuez y frutos del bosque.

Una barbacoa veraniega en Palm Springs con carnes a la brasa, guarniciones de temporada y cócteles artesanales. Disfruta de una experiencia llena de sabor junto a la piscina o bajo el cielo del desierto, donde el humo, las especias y el sol del sur de California se unen en perfecta armonía.

Una cena mexicana contemporánea, un viaje vibrante de sabor y textura, donde las notas terrosas, ahumadas y brillantes bailan juntas en perfecta armonía. Cada plato celebra la riqueza del patrimonio y, al mismo tiempo, adopta técnicas modernas, elevando ingredientes humildes a expresiones refinadas. Desde el primer bocado hasta el último, la experiencia es intensa pero equilibrada, llena de calidez, especias y alma. Es una celebración de la cultura, la narración de historias y la alegría compartida en la mesa.

Una hervida de mariscos al estilo cajún es un festín sabroso y lleno de sabor, arraigado en la tradición sureña. Cuenta con una mezcla de mariscos frescos típicamente camarones, cangrejos, langostas y mejillones hervidos con maíz en la mazorca, papas rojas y salchichas ahumadas. Todo está sazonado generosamente con especias cajún, ajo, limón y mantequilla. Se sirve caliente y, a menudo, directamente sobre mesas cubiertas con periódicos. Es una comida práctica y comunitaria, perfecta para compartir y celebrar.

Disfrutá de una encantadora noche marroquí donde la luz de las velas parpadea contra los mosaicos y el aire está lleno de azafrán y especias. Empezá con khobz tibio, chutney de higos y cócteles de agua de rosas. Comienza el festín: tajín de cordero con damascos, bastilla de pollo espolvoreada con azúcar de canela y cuscús de azafrán con almendras y granada. El té de menta se sirve en vasos delicados, acompañado de pasteles bañados en miel y sorbete de azahar bajo un cielo de terciopelo.