Cómo redactar una buena descripción de tu alojamiento

Una buena descripción es una de las mejores formas de llamar la atención de los huéspedes. No hace falta ser escritor profesional, lo importante es dar una idea clara de cómo es tu espacio.

Para empezar, seleccioná hasta dos de los puntos destacados que se te brindan así podemos sugerirte una frase inicial. Por ejemplo, si elegís “tranquilo” y “elegante”, quizás te propongamos “Relajate y desconectate en este espacio tranquilo y elegante”.

Esa primera frase es solo una sugerencia para inspirarte. Te recomendamos que reemplaces nuestra frase con tus palabras y agregues otros detalles importantes sobre tu espacio. ¡Vos podés!

Probá estos consejos para crear tu propia descripción del alojamiento, ¡y hacerla atractiva!:

1. Destacá lo mejor de tu espacio. Cada alojamiento es diferente, así que señalá qué aspectos hacen del tuyo un lugar especial. Por ejemplo:

• ¿La cocina está bien equipada? Podrías escribir: “Cociná algo rápido o prepará un banquete en la cocina profesional totalmente equipada”.
• ¿Tenés una vista espectacular? Entonces podrías decir algo así como: “Contemplá el atardecer sobre el lago mientras te relajás en un cómodo rincón junto a la ventana”.
• ¿Ofrecés fácil acceso? Podés poner: “Se accede a través de un camino amplio y pavimentado hasta la entrada sin escalones”.

2. Los detalles importan. Incluí información práctica que sirva de ayuda a los viajeros mientras planean su viaje. Describí con honestidad cualquiera de las particularidades de tu espacio para que la gente sepa con qué se va a encontrar. Por ejemplo:

• ¿Una de tus camas es un sofá? Podés decir: “El sofá cama tiene un colchón elástico de tamaño queen”.
• ¿El alojamiento está ubicado en una ciudad ruidosa? Podrías explicarlo de la siguiente forma: “Estamos en el centro de la ciudad, por lo que es inevitable escuchar un poco de ruido del tráfico de la ciudad”.
• ¿No tenés buena cobertura en el celular? Te sugerimos: “Estamos fuera de la red, así que antes de salir imprimí las indicaciones para llegar”.

3. Contá la historia del alojamiento. Gracias a tus detalles, los huéspedes podrían imaginarse como los protagonistas de su propia aventura. Por ejemplo:

• ¿Restauraste una bañera antigua? Entonces, contales: “Nada como sumergirse en esta bañera antigua para hacer que tus preocupaciones desaparezcan”.
• ¿Instalaste un comedero para pájaros? Podés escribir: “¡Empezá tu día con los colibríes!”

4. Sé breve. Redactá de forma concisa y concentrate en los detalles importantes que no hayas mencionado. Por ejemplo:

• ¿Tenés una variedad increíble de entretenimiento? ¡No te olvides de mencionarlo!: “Poné a prueba tus tácticas de ajedrez, divertite con un juego de mesa o coloreá nuestros libros para pintar... ¡Diversión para todas las edades!”.
• ¿Tenés una cama de lujo? Probá con esta frase: “Sumergite en el colchón de espuma viscoelástica con sábanas de algodón egipcio”.

Acordate de que podés modificar la descripción más adelante. La mayoría de los anfitriones va perfeccionando la suya con el tiempo.